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Los abusos sexuales que  la Justicia está investigando en el seno de la Iglesia mendocina,  habrían sucedido en 1998 en la parroquia Nuestra Señora del Carmen  ubicada en San Martín, por parte de un vicario en ese momento, luego  sacerdote  a un joven llamado Iván.
El viernes 30 de diciembre  pasado declaró un nuevo testigo en la causa, se trata de Andrés Gioeni,  un testigo presencial que fue sacerdote con un prometedor futuro en la  Iglesia local, pero luego se alejó del clero por decisión personal.  Gioeni estuvo en la parroquia en San Martín en el año 99.
En su  declaración afirmó conocer a Iván, supuesta víctima de abusos por parte  del vicaro, a quien denominaremos J.  ya que el caso está en la etapa de  investigación civil. El testigo afirmó que   "tuve conocimiento por los  medios (del caso de supuesto abuso). Tiene que haber sido en el tiempo  que estuvo, (J.) en la parroquia que coincidió prácticamente con el mío,  llegamos juntos a la parroquia con el padre Sergio Martín, el padre  Gastón Peroni, y (J.), los cuatro. Creo que el padre Gastón Peroni ya  estaba en la parroquia", asegura en su declaración. "A nosotros nos  ordenaron juntos, J. se quedó un tiempo en la parroquia y yo fui  trasladado a la Virgen Niña. Sí, claro, el autor de los presuntos abusos  fue ordenado sacerdote para esa época, para la diócesis de Mendoza".
Y  continúa diciendo en su declaración que " Yo fui citado por el  Arzobispado de Mendoza, hace más o menos once años atrás. Hasta ahí es  lo que puedo decir, es lo que me comprometo a decir al respecto, ya que  cuando fui citado juré silencio sobre lo que ahí se dijo y sobre quienes  me tomaron declaración". " Sí, sé que lo enviaron a otra parroquia (a   J.), pero como siempre pasa en estos casos, nunca se dice el motivo, o  se inventa algún otro" sostuvo Gioeni.
El defensor de Iván, le  preguntó luego si fue testigo de otros supuestos abusos por parte de J. y  el hombre contestó: " No como sacerdote, pero si pude presenciar varias  personas menores a él a las que cautivaba, en distintas parroquias,  para "obligarlas" a hacerles un seguimiento psicológico. Estuve como  seminarista en la parroquia de la Santa Cruz en Las Heras, y ahí él  también tenía su círculo de "seguidores". Como sacerdote yo no seguí, de  hecho me fui de la diócesis. Pero si la pregunta es más amplia, y se  retrotrae al pasado de J., antes de ser sacerdote, sí pude presenciar  otros antecedentes". Luego el testigo afirmó que no supo nunca de  ninguna otra denuncia de abusos, pero dijo que "En primer lugar, no es  que haya tomado conocimiento de antecedentes, sino que yo mismo los  percibía. Percibía también su modo de actuar, sus conductas  psicopáticas, para con chicos jóvenes de las diferentes parroquias en  las que él prestaba algún tipo de servicio eclesial, ya que él antes de  ser sacerdote, fue diácono, de hecho a la diócesis de Mendoza se  presenta como que él fue ordenado diácono en la provincia de San Juan".
Luego  el testigo hace una descripción de la forma de actuar de J. diciendo lo  siguiente: " Sí, cuando me refiero a los abusos, me refiero a la forma  de actuar psicopática en la que el Sr. J. envolvía a sus interlocutores.  Quiero aclarar que no me dedico al vouyerismo, entonces nunca pude  presenciar lo que hacía cuando cerraba las puertas con llave. Lo que yo  veía era impropio de un diácono, en varias oportunidades pude decírselo a  las autoridades eclesiásticas encargadas de disponer o no su ordenación  sacerdotal".
Este testigo reconoció que nunca hizo una denuncia  judicial sobre sus observaciones, porque dentro del clero la forma de  actuar es diferente, pero, "sí lo hablé formalmente con los responsables  de decidir su futura ordenación sacerdotal, y con los sacerdotes de los  que él dependía en las parroquias donde trabajó", y recibió como  respuesta oficial que " Con otras palabras, la respuesta fue: muchas  gracias por la información".
El abogado Carlos Lombardi, defensor de Iván en este caso, en diálogo con MDZ confirmó que la declaración de este testigo es fundamental en varios aspectos. Por un lado si bien el testigo se amparó en el juramento del silencio que se le impone desde el propio Arzobispado y no dio precisiones sobre por qué caso fue citado, los datos son importantes y "su declaración ratifica la política de silenciamiento sistemático de la Iglesia mundial y provincial".
"Por otro lado la declaración de Gioeni es jugosa porque no sabemos si fue citado por el caso de Iván o por otro, lo que deja abierta la posibilidad de que hayan habido otros casos", dijo Lombardi.
Esta información se encuentra en el Expte: 86326, fojas: 282 y lleva la firma del juez  Dr. Alfredo Dantiacq Sánchez.
Si  bien desde el Arzobispado, nunca han enfrentado la situación  claramente, el tema fue aceptado en la Justicia local y avanza. El  abogado Carlos Lombardi, representante del joven presuntamente abusado,  ha seguido el caso durante ya varios años, sin lograr quebrantar la  "voz" de la Iglesia quienes se aferran en mantener el silencio en el  caso.


